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Las 10 formas de vivir el lujo de forma estratégica

Las 10 formas de vivir el lujo de forma estratégica

1. Vive el lujo más allá de un producto o servicio

Más allá de ser un sinónimo de estatus o privilegio, la esencia del lujo tendería a apreciar algo más preciado que las posesiones materiales o las amenidades exclusivas que se nos brindan al viajar. Hoy, las experiencias memorables, el tiempo de calidad, los espacios para compartir el lujo, hacer comunidad o aprender de los nuestros puede ser algo único, exclusivo y distintivo. Como dijo alguna vez la actriz Kate Winslet, quien para ella el verdadero lujo es tener tiempo para leer historias sin fin en la cama con sus hijos. 

2. Disfrútalo como nadie más lo haría

Cabría pensar que el lujo lo confeccionan humanos para otros humanos, que trata de los gustos, las necesidades y los placeres con sentido. No es un mecanismo aislado ni un poseer sin sentido; nosotros lo activamos y esto es lo que lo hace diferente. Un auto de lujo puede ser muy bello, pero habrá que disfrutarlo, portarlo e imprimirle nuestro estilo para vivirlo plenamente.

No hay lujo sin nosotros. Aquí viene a cuento lo dicho por el empresario Paul Getty: “Puedo darme el lujo de decir lo que deseo”.

3. Aprecia los pequeños detalles

“Estoy convencida de que puede haber lujo en simplicidad”, aseguró alguna vez la diseñadora alemana minimalista, Jil Sander, para quien el lujo es una oportunidad para darse el tiempo y apreciar lo que a primera vista no se ve. En este sentido, más allá del brillo impresionante y la elegancia evidente, una manera de vivir el lujo de forma estratégica nos invita a poner atención en las sutilezas, el detalle fino y el empeño ahí donde otros no.

4. Sé consciente; la sustentabilidad es parte de la ecuación

Hoy en día, no hay un lujo que asegure su futuro si no es con una conciencia social y ambiental. Si un sector puede darse la oportunidad de respetar ciclos de vida, poner atención en su impacto y repercusión en el mundo, además de invitar a un consumo mucho más responsable en este sentido, sin duda es el del lujo. No olvidemos las sabias palabras de Orson Welles: “Vivir una vida de lujo no es malo salvo que nunca sabes cuando el lujo se va a acabar”.

5. Diversifica y alterna tus experiencias

“Lo más triste que me puedo imaginar es acostumbrarse al lujo”, dijo en una ocasión el icónico actor Charlie Chaplin. En tanto es un ecosistema escaso, exclusivo y selecto, el lujo se aprecia mejor si no se desapega de su contexto y puede alternar con otras experiencias para nutrirse y cumplir un ciclo en donde mantenga su sentido.
En este sentido, para algunas marcas de lujo producir de forma excesiva implicaría un riesgo latente de erosionar el espíritu que les dio prestigio. Bien dicen por ahí, que de lo bueno, poco. Pero también variado. Quien vive el lujo de forma estratégica sabe apreciar y disfrutar el espectro completo de éste, incluso fuera de él como lujo.

6. Expande y aprende de las cosas que te da el lujo

Uno de los ideales del lujo, poco cumplidos pero siempre presentes, nos invita a usar el lujo como una vía para disfrutar la vida, potenciar nuestros sentidos y esencia humana sobre aquello que nos hace felices. El director de cine John Landis lo pone en una imagen evocadora: “Yo crecí pensando en la nieve como un lujo que uno visita”.

7. Compartir es evolucionar

La gran diferencia entre ostentar sin gusto y vivir el lujo de forma estratégica, dicen los que saben, es aprender de cosas que nos ayuden sí a vivir la vida de forma mucho más plena, tranquila y especial, pero también a compartir, darnos y disfrutar el tiempo con los nuestros y ser mejores a partir de estas experiencias. Ya lo dijo el Dalai Lama: “El amor y la compasión son necesidades, no lujos. Sin ellos, la humanidad no puede sobrevivir”.

8. Crea una relación significativa con tus pasiones

“El lujo es un estado mental”, aseguró en alguna ocasión la modelo y diseñadora L’Wren Scott. Puede haber lujo en prácticamente cualquier ámbito de la vida moderna (pensemos en casas, viajes, experiencias, objetos preciosos, deporte o tecnología fascinante de última generación), sin embargo es el tipo de relación, el valor que nosotros asignamos y todo aquello que deja en nosotros el lujo lo que lo hará excepcional.

9. Responsabilízate de tu consumo

Como bien lo mencionamos antes, el signo de exclusividad y selectividad del lujo nos llama también a apreciar todo lo que hay detrás para poder tener acceso a él, por lo que convendría ser cuidadoso en la forma, medida y ritmo con el que lo adquirimos. Como bien lo dijo el escritor italiano Cesare Pavese: “Cada lujo debe pagarse, y todo es un lujo, empezando con estar en este mundo”. Valorar y agradecer, nunca está de más.

10. Regresa un poco de lo que recibes

Al final del día, las cosas, experiencias y servicios que pueden considerarse un lujo tejen también una serie de vivencias que no es para la mayoría. Hablamos de emociones, aficiones, gustos y placeres que forman parte de un privilegio. Como algo vivo y en constante movimiento, el lujo tiene que abrirse y fluir con el mundo; inspirarnos a dar algo de eso y regresar un poco de esa felicidad que nos es dada. Alguna vez, la coreógrafa Twyla Tharp lo puso en palabras precisas: “Creo que quien es empujado a hacer lo mejor que puede es privilegiado. Esto es un lujo”.

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