Tres nuevas amenazas que frenan el desarrollo en América Latina, según el PNUD
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha lanzado una seria advertencia sobre el futuro de América Latina y el Caribe: tres amenazas emergentes podrían comprometer de forma significativa el desarrollo de la región si no se abordan con políticas públicas urgentes y eficaces.
1. Brecha digital y tecnológica
Aunque la tecnología avanza a un ritmo sin precedentes, no todos avanzan al mismo paso. En América Latina, menos del 2% de la población accede a redes 5G, frente al 28% en países desarrollados. Además, menos de la mitad de las personas tiene competencias digitales básicas. Esta desigualdad impide la inclusión plena en la economía digital y amplifica las brechas sociales existentes.
2. Fragmentación social y polarización política
La región muestra uno de los mayores niveles de polarización del mundo, lo que entorpece acuerdos sociales amplios, socava la confianza en las instituciones y desincentiva la inversión. Esta fragmentación dificulta la creación de consensos necesarios para implementar reformas estructurales, afectando directamente el desarrollo a largo plazo.
3. Cambio climático y vulnerabilidad ambiental
América Latina ya está enfrentando los efectos del cambio climático: sequías, inundaciones y eventos extremos son cada vez más frecuentes. Estos fenómenos no solo impactan la vida cotidiana, sino que también reducen la productividad agrícola, afectan el abastecimiento de agua y dañan la infraestructura básica.
¿Cuál es el desafío?
El informe del PNUD enfatiza que más de la mitad de los ciudadanos en la región carecen de redes de protección social efectivas. Ante un escenario global volátil, esta falta de resiliencia puede intensificar los impactos negativos de estas amenazas emergentes.
¿Y la oportunidad?
A pesar del panorama, el informe también entrega un mensaje claro: aún estamos a tiempo de transformar estas amenazas en motores de desarrollo. Para ello, se requiere una combinación de inversión pública y privada, innovación en políticas públicas, y un compromiso colectivo para cerrar brechas, restaurar la confianza social y adaptarse al cambio climático con visión de largo plazo.
